sábado, 13 de noviembre de 2010

どうせ誰でもいつかはホネよ

Decir adiós... La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso.

Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida...

Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.

Buscar la luz que se eterniza,
ansiar la clara lumbre duradera,
y al fin saber que en una hoguera
lo que más dura es la ceniza.

Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.

Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.

Y en esa angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombra de otra boca
en cada boca que se besa.

2 comentarios:

Por si las moscas dijo...

no van por ahí los tiros...
ya te contaré la historia y previsiblemente me vas a dar la razón.
no se trata de vengarme, se trata de decir "hasta aquí he llegado porque me has dejado tirada cuando me la he jugado por ti"...
pero insisto, ya te contaré la historia algún día..

Por si las moscas dijo...

ya había leído algo de Buesa, pero es que este poema me parece insuperable!