lunes, 20 de septiembre de 2010

Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo



Un huésped reside en mí,
nuestros intereses no coinciden.
Uno de nosotros está borracho,
el otro está siempre despierto.
Despierto y sobrio
nos reímos el uno del otro,
y no comprendemos el mundo del otro.
Propiedades y convenciones,
qué tontería seguirlas muy seriamente.
Sé orgulloso, no estés involucrado,
entonces te acercarás a la sabiduría.
Escucha tú, viejo borracho,
cuando el día muere,
enciende una vela.

Tao Yuan-Ming

1 comentario:

Hipatia dijo...

¿Sabes? siempre me pongo un símil para intentar dominar al indesable que reside en mí. Imagínate ante una comida a la que has invitado a varios coemensales de tu agrado; pero no puedes evitar que a esa comida asista siempre un indeseable al que detestas, pero que se invita siempre y no puedes evitar su presencia. De alguna forma, tu celebración es agradable y transcurre felizmente, pese a que tienes que mantener controlado y a raya a tu "amigo" indeseable.