Lo verdaderamente desolador, la verdad terrible que subyace tras la colorida y convincente realidad, es que estamos encerrados en la caverna de Platón, encerrados toda la vida, persiguiendo sombras, polvo y aire; y sólo podemos especular, porque no hay ninguna forma de salir y contrastar las ideas con las cosas.
2 comentarios:
Podemos podemos soñar...
¡Cielos! ...Podemos, podemos...
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